Cultura Andalusí


Aquellos jinetes musulmanes, en su mayoría bereberes, que durante el s. VII se asentaron a lo largo y ancho de la Península, eran tan incultos como los campesinos hispanos con los que empezaron a convivir. Ni la cultura visigoda, apenas una débil sombra del pasado clásico, ni el primitivo mundo trival de los recién llegados, ofrecían interés intelectual.

Estaba Al-Ándalus antes de esto, en los tiempos antiguos, carentes de ciencia y no se dio a conocer entre su gente nadie que se preocupase por eso.(…) Y continuó así, privada de sabiduría, hasta que la conquistaron los musulmanes”.

Con estas palabras Sá id al-andalusi, cadí de Toledo, nos confirma hoy que Al-Ándalus surgió como una época de oro para el Islam, y fue una civilización que irradió una personalidad propia tanto para Occidente como para Oriente. La educación y el saber tuvieron desde el principio un papel fundamental en el mundo islámico; frases como “Busca el saber desde la cuna hasta la tumba” o “No hay nada más importante a los ojos de Dios que un hombre que aprendió una ciencia y la enseñó a las gentes” eran máximas muy influyentes en aquella época. Los primeros gobernantes, Abderrahman II, Abderrahman III y Al-Hakam II, fueron eruditos de gran prestigio que se rodearon de sabios y pusieron la enseñanza al alcance de todo el mundo. Pronto mandaron traducir las principales obras del saber greco-helenístico, se crearon bibliotecas de enorme relevancia, y mezquitas y madrazas donde todas las ciencias se impartían sin distinción.

Así, poco a poco, en esta tierra de encuentros, cruces culturales y fecundos mestizajes, se asentó una civilización que despertó del letargo cultural a nuestra península y la transformó en un foco de conocimiento y erudición impresionante. Los andalusíes practicaron el ideal greco-romano del sabio, y todos ellos fueron árboles que florecieron en todas las ramas del saber: matemática, astronomía, medicina, filosofía, botánica, música, mística... el Saber se entendía como una Unidad a la que aspirara todo sabio que se preciara de serlo, y fue esa forma de entender la cultura la que hoy nos permite disfrutar y aprender del magnífico legado que la tradición andalusí nos ha dejado en nuestra tierra.

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