sábado, 7 de junio de 2014

Caligrafía Andalusí



La sala de exposiciones CasAmérica recoge estos días una exposición que reúne la obra de 57 artistas contemporáneos árabes que tienen en común la caligrafía como elemento central de sus obras.
Esto me hace pensar en cuán importante ha sido el elemento árabe en nuestro idioma actual. Aún sí, la caligrafía arábiga difiere de la occidental en dos modos distintos y fundamentales.  Por un lado, no surgió como un medio utilitario de comunicación entre los hombres sino como un medio sagrado de comunicación directa con Dios. De esta manera, una escritura que apenas había evolucionado antes de mahoma, se transformó en menos de cien años en un elemento majestuoso que se convirtió en la herencia de todos los pueblos islámicos, no solo en los libros sino también en la decoración arquitectónica y demás formas de arte.

Es el arte de la escritura bella. Es la manifestación artística más importante  porque escribir es dar forma a la palabra de Dios. La escritura árabe tiene una doble función: ornamental e iconográfica. Es el equivalente a las imágenes sagradas del arte cristiano, el medio por el que se transmite el mensaje divino. El contenido de estas inscripciones es variado: versículos del Corán, mensajes piadosos, datos sobre sí mismas, textos poéticos, buenos deseos para el poseedor del objeto... Hay dos tipos: cúfica y nasjí. La primera es mayúscula, de gran tamaño y rasgos angulosos con  letras sobrias y rectas. La escritura nasjí sin embargo es la escritura ordinaria, cursiva, de gran flexibilidad y fluidez. A partir de estos tipos básicos se crean variantes, que difieren según el área geográfica y la cronología.


 La segunda diferencia reside en la composición gramatical de la escritura árabe. Tanto ésta como la latina son alfabéticas, pero mientras que las letras latinas constituyen unidades separadas, en la escritura arábiga forman parte de una unidad, además de moverse en sentido horizontal de derecha a izquierda.

Durante los siglos de ocupación, surgió en Al-Ándalus un dialecto del idioma árabe que, a pesar de ser una lengua muerta en la actualidad, aún se utiliza en la música andalusí y ha ejercido una importante influencia en dialectos de ciudades como Tetuán, Fez, Rabat, Tánger, Nedroma y Argel. Tuvo también cierto efecto sobre el romance andalusí que surgió posteriormente y consecutivamente en el castellano, el catalán, el gallego y el dialecto árabe marroquí.
La escritura de Al Ándalus, caracterizada por ser una caligrafía elegante con rasgos cuadrados, se basó en la influencia de Qayrawan. Entre los grandes calígrafos, cabe citar a Ibn Gattus, valenciano, coetáneo de Alfonso IX de León, al que se atribuyen 1000 copias del Corán. Otro nombre famoso es el de la andalusí Aisha ibn Ahmad, que poseyó en el siglo X una extraordinaria biblioteca.



Ya más adelante en el tiempo habría que nombrar a Ibn Muqla (866-940), el gran impulsor de la caligrafía cursiva posterior y autor del libro Tratado de la ciencia de caligrafía y el cálamo, en el que mostró su maestría en temas como la fabricación de tintas, cálamos y ejercicios para escribir las letras en diferentes estilos.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho esta breve entrada sobre la caligrafía pero comentes algunos fallos: no es correcto decir "ocupación", una ocupación no puede durar más de 8 siglos y formar parte de la base de una cultura como la española. Por otro lado afirmar que el dialecto andalusí murió es también incorrecto, el dialecto evolucionó al dispersarse la población andalusí por el Norte de África.

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